Líquida y transparente. Pesada, baja y se concentra, fluye y se derrama. Regula la vida, ablanda, flexibiliza todo lo que toca y permite el intercambio simbiótico. Transporta, disuelve y mezcla. De fuerza arrasadora, que ahoga, sepulta y deshace. Penetra a los otros elementos y los hace más pesados, los llena.
Es la que regula los ciclos vitales y los entornos: es la fuente de vida, por eso representa nuestras emociones y nuestra capacidad de reaccionar a lo que nos rodea.